No queremos perder tiempo como los bateadores de oro, para encontrar una pepitilla entre un montón de fango

martes, enero 30, 2007

Dance of the onions....

O tambien llamado EL BAILE DE LA CEBOLLETA!!!!!

Os explicamos todos los secretos de esta técnica a través de un articulo que relataba lass vivencias reales de un personaje anónimo de la red....

Recuerdo que hace ya muchos años estaba en una conocida discoteca salamantina,cuando una chica,que parecía extranjera,se dirigió a mí y me preguntó si quería bailar;yo accedí gustoso a su proposición,pero cuál no sería mi sorpresacuando comprobé en qué consistia dicho baile:ella arrimaba sus nalgas contra mi periné y realizaba de esta guisa todo tipo de rocambolescos movimientos.Yo en una mezcla de estupor y excitación huí de allí despavorido.(divina inocencia...) En las sucesivas noches,pasé a observar un comportamiento para mí hasta entonces desconocido;vi como hombres extranjeros realizaban este tipo de baile tribal,algunas veces incluso sin llegar a mediar palabra previamente,y ellas,lejos de abofetearles ante tal descortesía,seguian el juego dichosas.Algunos indígenas,siempre ávidos de nuevos conocimientos en estos campos,comenzaron a hacer lo propio,eso sí,siempre con las mujeres que traían de allen de los mares aquellos innovadores movimientos.En aquel momento yo bauticé aquello como "arrimar la cebolleta".Hoy es algo habitual,ya que los bailes importados como el archiconocido reaggeton,se basan precisamente en ese roce entre personas.Pero hace unos 15 años,era harina de otro costal,y los treintañeros de la vieja Castilla que leen estas lineas saben demasiado bien de lo que hablo. Pero estos bailes amistosos dieron lugar a malinterpretaciones por parte de algunos depravados que quisieron ver en ellos algo más que una inocente danza.





Dedicado a Earl, para que veas las bonanzas del arte de saber bailar ;-)


Pasados algunos años,trabajé durante cierto tiempo en la puerta de un concurrido bar,al que cada semana asistían un sinfín de estudiantes extranjeros.Cierto día,en una de mis rutinarias entradas al local,algo llamó mi atención:un individuo,de aspecto extraño y más extraño proceder estaba ahuyentando de las zonas por donde deambulaba a buena parte de la población femenina del bar,fijandome aún más pude ver como aquel hombre "arrimaba sus intenciones" sin ningún tipo de preámbulo a toda fémina viviente,si se me permite el símil caballeresco:repartiendo mandobles a diestra y siniestra,tratando de ensartar en el filo de su lujuriosa espada a todas las que aparecían en su camino...ellas corrían despavoridas en todas direcciones,fué un grotesco espectáculo que no olvidaré fácil. Mi compañero y yo tuvimos que rogarle encarecidamente que se marchase del local y que no volviese por allí bajo ningún concepto. Hace un tiempo,en una de mis largas charlas con mi amigo,trabajador infatigable de la noche,me comentó que él había tenido un problema semejante en su bar,pero que en este caso el tipejo en cuestión exhibia sin ningún tipo de pudor su virilidad. Y hace unos días,presencié en el metro un fenómeno similar,la diferencia esta vez radicaba en que el miserable era mas discreto,y aprovechaba los vaivenes del vehículo para llevar a cabo sus intenciones arrimatorias. Todo esto excitó mi infinita curiosidad,y tras hacerme con un tratado de psiquiatría,comprobé que este hecho que narro,es una parafilia clásicay está perfectamente descrita en los manuales.Se llama frotteurismo,del francés frotter,es decir,frotarse. ¿Serán los bailes modernos la invención de algún consumado frotteurista para poder refregarse a su antojo cual perra en celo sólo con la excusa de una canción? ¿Dónde está la frontera entre ser un gran bailarín o un frotteurista terminal? ¿Qué pensará el Vaticano de todo esto?